¿Cómo está evolucionando el fracaso escolar?

España tiene un elevado fracaso escolar en comparación con el resto de los países europeos, a pesar de que en los últimos años ha experimentado una apreciable reducción. Su tamaño se puede dimensionar a través de cinco indicadores que miden otros tantos aspectos que caracterizan este fracaso: el grado global de formación de la población adulta, el porcentaje de estudiantes que repiten curso en el transcurso de la educación obligatoria, la tasa de graduados en la educación secundaria obligatoria, el porcentaje de jóvenes que abandonan tempranamente el sistema educativo, y los resultados alcanzados en el «Programa de Evaluación Internacional de los Estudiantes» (PISA). A continuación se presentan de manera breve estos indicadores en España y en Europa, para de este modo poder estimar cuál es el tamaño del fracaso escolar.

1.- Nivel de estudios de la población adulta: es el porcentaje de la población adulta de 25 a 64 años de edad que ha completado un cierto nivel de enseñanza.

En el siguiente gráfico se puede observar como ha evolucionado este indicador a lo largo de los últimos 31 años. Se puede apreciar como en este intervalo de tiempo el grado de formación académica de la población adulta española se ha incrementado sustancialmente: fundamentalmente esta mejora se observa en la importantísima reducción de la población que solo cuenta con estudios  primarios o inferiores, y en el incremento de la población con educación superior.

No obstante, hay que resaltar que a pesar de esta evolución positiva en el grado de formación de la población española, el porcentaje de españoles con formación secundaria post-obligatoria es muy pequeño en comparación con la media de la población europea con estos estudios, en torno a la mitad. Aunque, sin embargo, el porcentaje de población con estudios superiores sea incluso superior a la media europea. Estos desequilibrios muestran un problema estructural grave en la formación del conjunto de la población española.

Nivel Educación 2020

2.- Tasa de idoneidad en la edad de los estudiantes de educación obligatoria: es el porcentaje de estudiantes que se encuentran matriculados en el curso que corresponde a su edad. 

En el siguiente gráfico se puede observar como ha evolucionado este indicador a lo largo de los últimos 30 años, para las edades de 8, 10, 12, 14 y 15 años. En el mismo se puede constatar como a lo largo de todos estos años ha habido periodos en los que lejos de reducirse el porcentaje de estudiantes que repetía algún curso a lo largo de la enseñanza obligatoria este se incrementó (téngase en cuenta que la enseñanza obligatoria en 1990 pasa de ser hasta los 14 años a ser a los 16 años). En los últimos diez años esta tasa ha mejorado, específicamente la correspondiente a los estudiantes de 14 y 15 años. No obstante, de acuerdo a esta tasa, en España a esa edad el 30,5% de los adolescentes ha repetido algún curso, cuando en la mayoría de los países europeos este porcentaje es prácticamente inexistente o no llega a superar a penas el 10%. (Fuente: Eurostat y Ministerio de Educación de España)Idoneidad 2020

3.- Tasa bruta de graduación en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO): es el porcentaje de estudiantes, de todas las edades, que se gradúan en relación a los que tienen 15 años (la edad en la que se comienza a cursar el último año de la ESO).

Este indicador nos muestra que el 22,2% de los jóvenes no obtienen el título de graduado en ESO a la edad que les correspondería. Esta tasa también ha mostrado una evolución bastante positiva desde el curso 2005/06, tras haber tenido previamente una trayectoria negativa, pero en los últimos cursos esa trayectoria de mejora se ha estancado.

graduación 2020

Ahora bien, no todos los jóvenes que consiguen graduarse lo logran en las mismas condiciones, en el curso 2015-16 el 16% de los jóvenes que se graduaron lo hicieron con alguna asignatura suspensa. Lo que implica que solo aproximadamente el 60% de los adolescentes logra completar su Educación Secundaria Obligatoria a la edad que corresponde, y hacerlo con todas las asignaturas aprobadas. Cinco cursos atrás este porcentaje se situaba en torno al 50%.

Si se afina un poco más este análisis, se puede constatar que el porcentaje de jóvenes españoles que no logran graduarse de ESO transcurridos unos años, cuando tienen entre 20 y 24 años, ha descendido significativamente en los últimos 8 años, situándose a comienzos de 2020 en el 4,4%.

Graduado 20_24 2020

Las dificultades que encuentran los jóvenes para graduarse en la ESO repercute directamente en que abandonen prematuramente el sistema educativo y en su proceso formativo posterior.

 4.- Tasa de abandono temprano de la educación y la formación: es el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no están escolarizadas y que tienen como estudios máximos Educación Secundaria Obligatoria o anteriores niveles educativos.

En el siguiente gráfico se puede observar como ha evolucionado este indicador a lo largo de los últimos años. En el mismo se puede ver cómo en los últimos 10 años esta tasa también ha experimentado un importante descenso, hasta situarse en el 17,3%, a pesar de ello no parece que se pueda alcanzar el objetivo educativo de la Unión Europea de que el abandono temprano sea inferior al 10% en 2020, si se mantiene esta progresión. No obstante, aunque se ha reducido, sigue existiendo en esta tasa una importante diferencia entre la media española y la europea.

abandono 2019

La elevada tasa de abandono temprano de la educación y la formación ha desembocado en que los jóvenes españoles entre 25 y 29 años sin estudios secundarios post-obligatorios representen un 26,4% de los jóvenes de su generación. Aunque este indicador se ha reducido de manera significativa en los últimos años, muestra la relativa incapacidad de la sociedad española para converger con los países de su entorno en el grado de cualificación de su población, donde solo el 14,5% de este sector poblacional cuenta con esta baja cualificación. La reducción de la tasa de abandono temprano, ha estado asociada, como vemos, tanto a la obtención del grado en ESO por parte de los jóvenes que carecían del mismo, y a la continuación de los estudios secundarios obligatorios. 

Sin postobligatorios 2019

5.– Resultados alcanzados en el «Programa de Evaluación Internacional de los Estudiantes» (PISA)es un estudio comparativo internacional de la OCDE que trata de valorar hasta qué punto los estudiantes de 15 años son capaces de utilizar los conocimientos y destrezas que han adquirido en la «escuela» cuando se ven ante situaciones en las que estos conocimientos pueden resultar relevantes. El estudio se realiza desde 2009 cada tres años, y evalúa principalmente tres dominios: lectura, matemáticas y ciencias.  

PISA diferencia 6 niveles de rendimiento en sus pruebas, estimándose que los resultados que se sitúan por debajo del nivel 2 estarían por debajo del nivel mínimo deseable. El porcentaje de estudiantes españoles que obtienen puntuaciones por debajo de ese nivel en 2015 es del 19%, promediando los resultados obtenidos en las pruebas de lectura, matemáticas y ciencias. Un porcentaje que es ligeramente menor al de seis años atrás (2009), que era del 20,7%, y al del promedio de los países de la OCDE (21,3%) o de la Unión Europea (20,7%). 

En conclusión, todos los indicadores considerados apuntan a que el «fracaso escolar» se ha reducido en los últimos 10 años, aunque sigue siendo muy elevado.  Las repeticiones de curso han disminuido de manera significativa, lo que ha conllevado la mejora de las tasas de idoneidad y de graduación, si bien la repetición de curso sigue siendo una práctica muy habitual,  a pesar de que los informes PISA indiquen que la proporción de estudiantes con un bajo nivel formativo es inferior al de la media del resto de los países del entorno. La repetición de curso impide, por una parte, que estas tasas sean equiparables a las de esos países y, por otra, no incentiva a los jóvenes a que continúen con su formación post-obligatoria. Esto hace que, si bien la tasa de abandono temprano de los estudios haya mejorado sustancialmente, el grado de formación post-obligatoria (excluyendo la educación superior) de la población española sea muy bajo en comparación con la de los países de la Unión Europea, y que la evolución de la mejora de este indicador esté siendo escasa.   

Paradójicamente, esta relativa mejora de los indicadores asociados al «fracaso escolar» ha coincidido con una importante crisis económica que ha afectado a la sociedad española, y que ha conllevado importantes recortes en el sistema educativo español. Así, a pesar de que se ha producido un empeoramiento de las condiciones para que los estudiantes alcancen un adecuado aprendizaje (grupos más numerosos, reducción y precarización del profesorado, menos inversión en políticas de inclusión, etc.), la proporción de aquellos afectados por el fracaso escolar está descendiendo. Ello no significa, sin embargo, que lo que aparentemente pudiera implicar una reducción de las desigualdades en la sociedad española, sea así. Y no lo es porque el fracaso escolar afecta fundamentalmente a los menores de los sectores socioeconómicos con mayores carencias (leer, por ejemplo: https://wp.me/p3fo2e-eD), de manera especial a los varones, y a unas Comunidades Autónomas mucho más que a otras, sin que en estos años se haya producido una convergencia entre ellas.

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